Falta poco para el fin de los tiempos. Así se siente en mi estomago, recién conectado a los estragos producidos por el sistema nervioso. ¿Qué ocurre allí dentro? Difícil explicarlo.
Faltan menos de dos semanas para el inicio de noviembre, reconocido como el mes de la escritura en algunos países, especialmente U.S.A. Muchos jóvenes esperan ansiosos esta fecha para disfrutar de los campamentos y eventos, los cuales consisten en escribir 50.000 palabras en un mes, o una novela corta de 150 páginas. El reto de todos los años. Hasta hace poco vengo trabajando en algo similar, pero mi deadline es 1 de noviembre. Esa debe ser la causa de los nervios.
Ni siquiera tengo deseos de mirar el manuscrito. Ando sensible. Me he refugiado en el nuevo estreno de T-ara, Number 9. Todavía me digo que no es poco varonil ser aficionado de T-ara. No, no tiene por qué serlo.
Cada vez que narro escenas en la habitación del personaje principal de mi novela, me queda la impresión de que ella -es una ella -se parece mucho a Tomoko Kuroki, de Watamote, la mejor serie de la pasada temporada.
Me da por pensar en que la creación del personaje de Kuroki por parte del mangaka Nico Tanigawa guarda lecciones estilísticas sobre las cuales debería reflexionar más a fondo. Pero no lo hago. El ocio puede conmigo. La voluntad flaquea. SWTOR está mejor que nunca.
Para rematar los días en la ciudad están silenciosos y con lluvia, circunstancias perfectas para dormir. Para que el ocio fluya. Algunos plantean que se escribe mejor ante un peligro inminente; que da la calma y la comodidad no surge nada. ¡Vaya planteamiento! Es mejor analizarlo:
Ante el peligro inminente de otro año en el abismo, ¿he acelerado mi escritura con el fin de terminar el asunto para el 1 de noviembre?, o, dados estos días de lluvia, de silencio, de perspectivas distintas, es decir, la posibilidad no remota de salir del abismo bajo otras medidas, ¿todo aquello conspira para aumentar mis nervios, mi hastío frente al manuscrito? -al que dicho sea de paso sólo le faltan un par de retoques.
Preguntas, preguntas. Tal vez el momento de escribir llegue, tal vez sea en un día lluvioso, o quizá el 1 de noviembre sea el fin del mundo y el abismo, amplio y siniestro, no permita a nadie salir de sus fauces... -Continuará [?]
Faltan menos de dos semanas para el inicio de noviembre, reconocido como el mes de la escritura en algunos países, especialmente U.S.A. Muchos jóvenes esperan ansiosos esta fecha para disfrutar de los campamentos y eventos, los cuales consisten en escribir 50.000 palabras en un mes, o una novela corta de 150 páginas. El reto de todos los años. Hasta hace poco vengo trabajando en algo similar, pero mi deadline es 1 de noviembre. Esa debe ser la causa de los nervios.
Ni siquiera tengo deseos de mirar el manuscrito. Ando sensible. Me he refugiado en el nuevo estreno de T-ara, Number 9. Todavía me digo que no es poco varonil ser aficionado de T-ara. No, no tiene por qué serlo.
La canción es pegajosa, Park Ji Yeon está divina como siempre. La coreografía vuelve a ser compleja como la de Sexy Love. Se ve muy bien. El vídeo tiene un dramatismo algo forzado. Es sensual hasta en los créditos.
Cada vez que narro escenas en la habitación del personaje principal de mi novela, me queda la impresión de que ella -es una ella -se parece mucho a Tomoko Kuroki, de Watamote, la mejor serie de la pasada temporada.
Me da por pensar en que la creación del personaje de Kuroki por parte del mangaka Nico Tanigawa guarda lecciones estilísticas sobre las cuales debería reflexionar más a fondo. Pero no lo hago. El ocio puede conmigo. La voluntad flaquea. SWTOR está mejor que nunca.
Para rematar los días en la ciudad están silenciosos y con lluvia, circunstancias perfectas para dormir. Para que el ocio fluya. Algunos plantean que se escribe mejor ante un peligro inminente; que da la calma y la comodidad no surge nada. ¡Vaya planteamiento! Es mejor analizarlo:
Ante el peligro inminente de otro año en el abismo, ¿he acelerado mi escritura con el fin de terminar el asunto para el 1 de noviembre?, o, dados estos días de lluvia, de silencio, de perspectivas distintas, es decir, la posibilidad no remota de salir del abismo bajo otras medidas, ¿todo aquello conspira para aumentar mis nervios, mi hastío frente al manuscrito? -al que dicho sea de paso sólo le faltan un par de retoques.
Preguntas, preguntas. Tal vez el momento de escribir llegue, tal vez sea en un día lluvioso, o quizá el 1 de noviembre sea el fin del mundo y el abismo, amplio y siniestro, no permita a nadie salir de sus fauces... -Continuará [?]
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